Así es como yo lo imagino. Hay un universo en el que flotan, cínicas, ingrávidas, ajenas, estas cartas. También las canciones, los cuadros, la poesía. En el que antes de que Cortázar se planteara ni siquiera sentarse delante del folio, ya flotaba Rayuela
No hay más que leerte para reconocer que posees ese fuego interior pugnando por desbordarse; un magma incandescente de palabras que esperan el menor estremecimiento para hallar el resquicio por el que manifestarse, inundándolo todo de belleza, a veces serena, otras, simplemente, pasional. Calla cuantas veces lo necesites, pero no nos dejes demasiado tiempo sin el calor de tus palabras a quienes amamos las sacudidas emocionales de tu prosa.
No hay más que leerte para reconocer que posees ese fuego interior pugnando por desbordarse; un magma incandescente de palabras que esperan el menor estremecimiento para hallar el resquicio por el que manifestarse, inundándolo todo de belleza, a veces serena, otras, simplemente, pasional. Calla cuantas veces lo necesites, pero no nos dejes demasiado tiempo sin el calor de tus palabras a quienes amamos las sacudidas emocionales de tu prosa.